Memoria

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No, no soy yo...Pero como si lo fuera.

martes, 13 de noviembre de 2007

Una de pastores.......(y algún lobo)

Que dos había....... pastores, quiero decir.....
Félix y Mérito.


Amador Aller de caza y Mérito, el pastor
Reparto que se hace en el pueblo de Ambasaguas de Curueño para pagar al pastor la cantidad de mil pesetas por la guarda y custodia de setecientas cuarenta reses a pagar entre los ganaderos que a continuación se expresan. (No tengo claro si también es un supuesto) 1945.

Cada rebaño no era del pastor, aunque podía tener en él alguna cabeza, sino de varios vecinos, que lo contrataban para cuidarlo, estos vecinos recibían el nombre de alparceros, y un rebaño podía ser de diez o quince alparceros generalmente.Se le asignaba al pastor entre todos los alparceros propietarios del ganado una cantidad de dinero al año (cada uno pagaba lo estipulado por cabeza), que se distribuía en dos pagos, uno por San Pedro y otro por Navidad. En tiempo anterior se pagaba en especies (heminas de grano, etc.)
El mantenimiento alimenticio del pastor corría también por cuenta de los propietarios de las ovejas. Por cada diez ovejas que tuviera un vecino (alparcero) en el rebaño tenía que mantener un día al pastor: el desayuno y la cena los hacía en casa del alparcero y éste, a la vez, tenía que darle la merienda para la jornada, así como un caniego (pan alargado, de centeno, con una raya en medio, también alargada, para comer los perros) por la mañana, en el desayuno, y otro por la noche, en la cena. Se formaba así, la corrida, es decir, el turno o ronda del mantenimiento alimenticio del pastor y los perros; cuando terminaba una corrida, una ronda de alimentación, empezaba otra nueva.Las ovejas que formaban el rebaño recibían distintos nombres, según su edad y sexo. Cuando no habían llegado al año eran corderas o corderos (que tienen dientes mamones, todos iguales). Al cumplir el año se llamaban cacines a los machos y cacinas a las hembras (se distinguen porque, en la parte central de la mandíbula, les sobresalen los dientes, llamados palas, de los demás). Al cumplir los dos años los machos se conocían como primales y las hembras como borras (les sobresalen del resto de la dentadura cuatro palas). A los tres años se les llama carneros a los machos y sobreborras a las hembras (tienen ya seis palas, que sobresalen). Estos eran las nombres según edades y sexo. A los cuatro años ya tenían ocho palas, o sea, toda la dentadura estaba formada por palas, pues ya se igualaban todas las piezas. El semental destinado a cubrir a las hembras se llamaba marón. Y la oveja que nunca se cubría recibía el nombre de machorra o manflorita (etimología popular ,del término "hermafrodita").En marzo, abril y mayo, mientras parían las ovejas, se separaba de rebaño el vacío, término con el que se designaba todo el ganado que no paría: carneros, cacinas y cacines y machorras, e iba con el vacío un pastor llamado vaciero. Las ovejas solían parir hacia principios de abril, ya que se les echaban los marones por San Simón (28 de octubre) o por los Santos y duraba cinco meses el período de gestación, de ahí el refrán:"San Simón,echa tu oveja al marón".
*El pastoreo
El rebaño estaba al cuidado del pastor, que para ir por los montes llevaba su indumentaria particular y a la vez característica de la zona, compuesta, de los pies a la cabeza, por los siguientes elementos:
Los pies se calzaban con chanclos, calzado cuyo piso es de madera y que llevaba en su base tres tacos, también de madera, uno en el tacón y dos delante, llamados tarucos; el piso se recubría con material de cuero, con la forma de bota, clavado con puntas a la madera. O también podía calzar el pastor choclos, iguales que los chanclos pero sin tarucos. Si llevaba madreñas se ponía los escarpines (zapatillas de estameña, terminadas en pico, para meter dentro de las madreñas).
De las rodillas a los pies se cubría el pastor con polainas de cuero, atadas con hebillas, y que en su parte baja tienen una campana que cubre el calzado (campana de forma redondeada, de cuero); o podía cubrirse también con los leguis, iguales que las polainas pero sin la campana que cubre e calzado.
Atados por la cintura, colgaban los zahones hasta las rodillas, tomando la forma de las piernas, a las que iban atados; los zahones eran de cuero curtido. Podían ser también de piel de oveja, conservando la lana en su parte externa, y entonces se llamaban bragos.
El tórax estaba recubierto por la zamarra, de piel de oveja con la lana. La zamarra llega hasta el inicio de la bifurcación de las piernas; tenía abertura para la cabeza y también para los brazos, a los que cubra hasta el codo.(Si tuviéramos que citar un ropaje al que se pareciera la zamarra, éste sería una dalmática usada en los oficios religiosos).
También se recubría los brazos con mangas de pellejo de oveja.
Y en la cabeza, para guarecerse de la lluvia, la nieve o el frío, llevaba el pastor un capirucho o gorro de piel de oveja, con su lana en la parte externa también, que completaba su vestimenta.
Pero aún hay que citar la zurrona, morral o bolso también de piel de oveja con lana, que llevaba el pastor en bandolera y en el que guardaba la merienda, metida en un cuerno de vaca con tapadera de madera (tocino, morcilla, chorizo poco, porque decían los amos que picaba...), y la lesna, aguja con mango de madera para taladrar las pieles y coserlas luego.
Llevaba asimismo el pastor, para el camino, el porraco, cayada grande, de fresno o negrillo (maderas elegidas por su dureza), cuya curva no se cerraba al final sino que quedaba abierta.
El pastor, para entretenerse y combatir el aburrimiento de las jornadas montareces, se dedicaba, por ejemplo, a tejer calcetines de lana; o a labrar cucharas de madera o de asta de cuerno; o a elaborar calzado, como los chanclos o los choclos, ya descritos ambos.
Elemento importante en el cuidado y pastoreo del ganado eran los perros; todo rebaño contaba con sus buenos y adiestrados perros. Los había de todos tipos: perros mastines, destinados a vigilar al lobo y a combatirlo si se presentaba a matar ovejas; y perros de carea, cuya misión era guiar y correr a las ovejas si se desbandaban del redil; a los perros de carea solía ,ponérseles cascabel, al cual distinguían las ovejas cuando, descarriadas, iba el perro por ellas.
El respeto y el miedo al lobo ha sido siempre tradicional entre los pastores; su ataque se conoce como lobada; atacaba a las ovejas mordiéndolas por la gorguera (garganta), por donde se desangraban enseguida, y por el reteso (las ubres de la leche), por donde al instante salían las tripas. Los despojos que dejaba el lobo de la oveja, una vez comida (huesos, pellejos, lanas...) se llaman zalegos (3).Las ovejas llevaban cencerras de metal, con badajo de asta de cuerno o de madera de roble o de urce. Las cencerras de las ovejas se diferenciaban de las de las cabras en que las de estas últimas son estrechas arriba y abajo acampanadas, mientras que las de las ovejas son del mismo diámetro arriba que abajo. Iban atadas al cuello con un collar de cuero, sin embargo el collar de las de las cabras era de madera.
Cada familia reunía un pequeño rebaño de unas 20 ovejas más o menos, según su situación económica. Estas ovejas eran más antiguamente de la raza merina, pero más tarde fueron sustituidas por las churras, porque daban mejores resultados (más carne, mejor lana y en más cantidad además de partos dobles). Durante el invierno, las ovejas eran atendidas por su dueño, y dormían en las cortes que cada familia tenía cerca de la casa. Llegado el buen tiempo, se reunían todas las ovejas del pueblo en un sólo rebaño, que pasaba las noches atendidas por un pastor, labor que desempeñaban los amos del ganado de manera rotativa. El rebaño dormía cada noche en una finca para abonarla con sus excrementos. Se montaba una red de cuerda sujeta en postes de madera, que se podía transportar fácilmente y hacía las veces de redil. Se hacía de la siguiente manera: por cada 10 ovejas que tenía un propietario, el rebaño pasaba una noche en una de sus fincas. El pastor era ayudado en su labor por unos buenos perros mastines

Hablando de lobos........ ¡Vaya historias que nos contaban! ¡Pánico a los lobos!

A mi siempre me impresionaba mucho subir a la galería de D. Lucio, cuando los curas se reunían a jugar al "cinquillo" y te recibía aquel impresionante lobo disecado en la escalera (que a lo mejor era como un gato ¿eh?; pero que hay que verlo con la perspectiva de la edad infantil: para mí era un monstruo). Prefería hasta pasar de los dulces del ama del cura, Magdalena......

En el mes de Junio se esquilaba a todas las ovejas. La lana era una fuente de ingresos importante para las familias, la que no se vendía se utilizaba para hacer colchones o empapadores para la cama de los niños pequeños con la piel de los corderos. Más antiguamente la lana se hilaba para tejerla, labor desarrollada por las abuelas.
Imagino que cada familia tenía su pareja de vacas para las labores del campo, y había un toro semental, de propiedad común, para montar a todas las vacas del pueblo. Este toro era asistido de manera rotativa por todos los vecinos que tenían vacas. En lo que se refiere a las labores del campo, entonces se sembraban todas las huertas, la mayoría de ellas se pueden ver hoy día baldías. Se sembraba de todo . Y en las tierras más grandes trigo, centeno , cebada y lúpulo, que una vez cosechados se llevaban para ser utilizados como pienso para el ganado. Al molinero se le pagaba con dinero o con parte de la harina obtenida.

También , en tiempos más lejanos, se sembraba lino. Una vez cosechado se llevaba al río a mojarlo, se dejaba secar, se machacaba para quitarle la cáscara y después se "espadaba" (se golpeaba con una espada de madera bien afilada sobre el gramellón, una pieza angular también de madera) hasta sacar los "tascos" (esto es, los hilos más bastos que se les ponían a las gallinas para que hiciesen sus camas), de manera que quedaba sólo el hilo, que era hilado y cocido en calderos con ceniza para blanquearlo, después se devanaba (hacían madejas) y lo llevaban a tejer.

Normalmente en cada casa había un horno de leña, utilizado por las mujeres para cocer el pan y los dulces. Esto se hacía cada 10-12 días, conservándose el pan en unas nasas de paja. La levadura (recentadura) se iba pasando de vecina en vecina, que utilizaba una parte para hacer su masa y añadía algo a la levadura común, para que la siguiente siempre tuviese levadura fresca. También se cocía pan de centeno para alimentar a los perros, y si corrían malos tiempos, para consumo humano. Más tarde cuando los hornos de cada casa se fueron perdiendo por uno u otro motivo, se utilizaba alguna vez el horno de Elías, el panadero.Entonces las vecinas se iban turnando para utilizarlo un día y hacer sus dulces (yo sólo recuerdo las "roscas de baño" y las magdalenas ) .
Cuentan algunos que era un pueblo donde gustaba el vino: "El que no bebe vino, el diablo se lo lleva por otro camino."
Al menos....viñas sí había; y si no teníamos denominación de origen, pues se dejaba tomar. Ya me dirán sobre ésto........