Memoria

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No, no soy yo...Pero como si lo fuera.

jueves, 29 de noviembre de 2007

El Artículo de Graci......... Para la Revista ......"El Canterico Verde"

Como expliqué en su día....... No sé por qué el artículo de Graci no salió publicado junto con el de "Los negocios del Pueblo", por que éste último partió de su gentil colaboración. Como sabéis ya le pedí disculpas en su momento y ella comprensivamente y con una amplia sonrisa que agradezco, las aceptó.Es un encanto, y me dio coraje que después de su trabajo ( y de lo que yo había paseado sus papeles con gran orgullo), por un error de imprenta, no saliese.
Tal vez...... Y digo bien: Tal vez......., cuando yo pasé las fotocopias de éste artículo (que también se publicará en el próximo número de la revista) , si se hubiera leído....... Tal vez alguien no se habría sentido tan ofendido como lo hizo........
Muchas gracias, Graci (¡Que suerte!¡Vaya semanita ¿eh?!)


AMBAS-AGUAS(sic) en 1845


En ésta fecha, Madoz en su recorrido por toda España, escribe sobre éste nuestro pueblo:


"" LUGAR en la provincia y diócesis de León (1legua). Partido judicial de La Vecilla (4 leguas). Audiencia territorial de Valladolid (23 leguas). Ayuntamiento de Santa Colomba de Curueño (1 legua). Situado en la confluencia de los ríos Onza (¿?) y Curueño, al O. del Valle de éste nombre, donde la combaten principalmente los vientos del norte y sur; goza de clima templado y sano en general, siendo las enfermedades más comunes algunas fiebres tercianarias y cuartanas. Tiene 28 casas de mediana fabricación y comodidad, escuela de primeras letras, a la que asisten unos 12 niños de ambos sexos, y cuyo maestro se halla con la mezquina dotación de 120 reales al año; y una iglesia parroquial dedicada a los santos Fabián y Sebastián, servida por un cura párroco de provisión de los vecinos en concurso general. Dentro del pueblo hay una fuente de exquisitas aguas, las cuales utilizan los habitantes para su consumo doméstico. Confina el término por el N. con el de Lugán (1 legua), por el E. con el de Cerezales (1/4 legua), por el S. con el de Devesa (1 tiro de bala), y por el O. con el de Barrio de Nuestra Señora (igual distancia) Le fertilizan los expresados ríos Curueño y Onza (Porma), los cuales bajando el primero por el valle de su nombre y el segundo por el de Boñar, vienen a reunirse en el confín de éste término(*), desde cuyo punto llevan el nombre de Onza (?);sus aguas además de dar riego a algunos trozos de tierra y de servir para el abrevadero para sus ganados impelen dos molinos harineros. EL TERRENO es de buena calidad y bastante fértil; comprende además de la parte destinada a cultivo un dilatado monte poco poblado de árboles pero con abundancia de pastos para toda clase de ganados. Cruza por medio de la población el camino que desde León conduce a Boñar, el cual se encuentra en mediano estado. Recibe la correspondencia de Vegas del Condado por un balijero los martes y los sábados por la noche saliendo los mismos días por la mañana. PRODUCE trigo, centeno, cebada, lino,garbanzos, titos, habas, patatas y frutas. Cría ganado lanar, cabrío,mular, vacuno y caballar. Hay caza de liebres, perdices, corzos y jabalíes y pesca de barbos y truchas en abundancia. INDUSTRIA: además de los mencionados molinos, hay uno de aceite de linaza. COMERCIO: consiste casi exclusivamente en el de exportación de lino para Asturias. POBLACIÓN: 20 vecinos, 68 almas. Contribuye con el ayuntamiento"".

(*)De ésta confluencia proviene el nombre de Ambas-Aguas.


AMBASAGUAS DE CURUEÑO en 1955

(Según recuerdos de María Engracia Díez Díez (Graci)


Una vez visto lo que históricamente era Ambasaguas hace aproximadamente un siglo, según Madoz, paso a redactar mis propias experiencias a partir de éste año 1955.

Me dicen que relate lo que recuerde del pueblo de Ambasaguas, al que quiero tanto como en el que nací. Cuando vine para él, ya contaba con unos añines. Cuando hablo a mis hijos y mi marido del pueblo les comento existían varios comercios; los clientes, normalmente, se desplazaban en bicicleta que apoyaban sobre las paredes mientras hacían la compra. Procedían de los pueblos de alrededor. Había tiendas de todo lo que se necesitaba entonces, pues no exigíamos mucho (era igual exigir que no, al no existir tanto vicio).

Empieza en El Sorribo, entonces "León Industrial", quien administraba la red eléctrica al pueblo y alrededores. Los empleados, la mayoría, eran de aquí. El Sr. Arsenio que tenía sierra, se encontraba en éste mismo pago.

Merece la pena destacar una serie de casas que surtían de todo al vecindario y que pasamos a relacionar:

-Entrando, en el pueblo, El Sr. Avelino que herraba y ponía zapatos a los animales.

-Luego estaba el Sr. Amando que tenía droguería donde yo disfrutaba cuando me mandaban a comprar polvos de esponjar para hacer dulces, porque aquella báscula tan diminuta y pesos tan pequeños eran una gozada verlos.

-En frente, el Sr. Amador con el coche de punto (hoy, taxi) que casi siempre se utilizaba para ir con enfermos a León.

-La casa del médico, Don Ruperto y su esposa Dña. Carmen, quien tocaba el piano y enseñaba las canciones de la iglesia. Mirando a ésta casa se hallaba la casa de Teo, donde se vendía telas variadas. Igualmente había un local donde venía un sastre a vender y confeccionar trajes de caballero.

-Sr. Macario a quien no tuve la suerte de conocer, pero sí a su hijo Nazario que continuó con el negocio; tienda de ultramarinos que hacía a la vez de bar, sirviendo vinos y copas, donde los señores mayores iban a tomar la parva en la mañana.

-Sr. Diego, albañil, que trabajaba primorosamente la piedra.

-Centralita de teléfonos en cuyo frente estaba el bar "El Siroco", que regentaba Pablo, donde se preparaban juergas. Éste local pasó a carnicería muy conocida hasta éste momento

-Casa del Sr. Jesús, donde acudíamos a pelar lúpulo gentes del pueblo y aldeaños. Más tarde pasó a ser almacén de vinos y refrescos.

-En la calle arriba, nos encontramos con las escuelas de niños y niñas, la iglesia y casa rectoral.

-Saliendo a la carretera, la casa de Benjamín, tienda de ropa y la segunda droguería donde vendían a granel colonias y lacas, entre otras cosas propias de droguería; la fábrica de gaseosas del Sr. Teodoro; el señor Eusebio, ebanista con ferretería incluida; la panadería del Sr. Benito (hoy día como despacho de pan). En un local de al lado, pasaba consulta un dentista los fines de semana.

-En El Soto (vulgo barrio de Triana), existía una tienda multiuso (ropa de hogar, madreñas, etc.). Al lado, un practicante (cuya hija fue Miss León), el Sr. Bonifacio que hacía carros y diversos aperos de labranza, el Sr. Salustiano, zapatero y que, en horas extra, hacía retratos.

De todas éstas personas relacionadas, tengo especiales recuerdos y a quienes ya han fallecido, les deseo un descanso eterno.


Nos gustaría a mí y a todos cuantos pertenecemos por nacimiento y adopción a éste hermoso pueblo de Ambasaguas de Curueño, volvieran aquellos tiempos no excesivamente remotos en que ésta población gozaba de industria y servicios envidiables.


Graci, Ambasaguas, Agosto 2007


miércoles, 28 de noviembre de 2007

Estuvo con nosotros....... Emilio Álvarez.......Palacio Jabalquinto


Feliciano López, Jefe de Cocina


Tres años también lleva Emilio Álvarez acompañándonos de una u otra forma en las cosas que hacemos durante la Semana Cultural.
¿Os acordaís del anuncio....... "Ruphert.. te necesito"?. Pues a mí durante esa semana me pasa eso con varios, y uno de ellos es Emilio....... , que ya ha llegado a un punto en el que me llama él a mí (en vez de yo a él) para recordarme la que se nos viene encima para que no nos quedemos sin todo el utillaje necesario y sin el orujo diario.Y es que él no sólo es cabeza visible del Restaurante "Palacio Jabalquinto", sino también del grupo "Hosteleón". ¡Anda que no puso y quitó mesas con la dichosa tormenta! Si es que tiene una práctica.......
Gracias por tu ayuda Emilio... él es mi memoria en los asuntos hosteleros y además está...... ¡para lo que haga falta! .
Palacio Jabalquinto

Casa noble muy leonesa, del siglo XVII; es de ladrillos separados por ancha capa de cal, según se acostumbraba en León, siendo este aparejo de gran visualidad en la construcción.
Los balcones, muy fuertes y de herrajes y pescantes bien labrados, están muy separados, lo cual acusa la existencia de grandes salones de casa ilustre.
La fachada es larga y de dos plantas, construida en piedra la baja, y de ladrillo la alta.Hay un portal con balcón volado, y escudo con un pino, flor de lis, león rampante y los cinco escaques, torre de campanario y la banda adragantada.
Se destaca en piedra, un magnífico escudo que corresponde a los linajes de los Díaz, Castro y Cabaña, muy perfecto de labra, de tres cuarteles, y lo corona un casco completo sin airón, y sobre él una guirnalda. El cuartel superior de la izquierda corresponde a los Díaz y contiene un águila explayada con bordadura de ocho flores de lis; el de la derecha pertenece a los Castro y lleva seis róeles, y el de abajo es de los Cabaña y contiene cinco cabañas de gules puestas tres y dos, en campos de plata. En la base del escudo hay dos leones calzados.
Esta casa fue de los marqueses de Jabalquinto, derivada de la rama de los Quiñones y Lunas. Fue su dueño Don Francisco Quiñones de Lanzas y Mayorgas, el último descendiente del séptimo Conde de Luna, y fue su mujer Elena Cavero Montalvo.
En el año 1.869 tomaron parte en las luchas de las guerrillas carlistas contra las tropas liberales. En los sótanos de la casa se reunían los conjurados, y en este local es donde está una bodega y restaurante típicos. La bodega data de 1.870 y conserva una especie de curiosa mazmorraVillanueva Lázaro, José María.
La Ciudad de León. Del Gótico-Mudejar a nuestros días. Siglos XIV – XXEditorial Nebrija, S.A., León, 1.
En el corazón del Barrio Húmedo, situado en el magnífico Palacete de los Jabalquinto se encuentra el restaurante.
Referente de la gastronomía leonesa acerca al comensal la mejor cocina tradicional junto a la vanguardia con toques de autor.
Un espacio moderno y minimalista cobijado por la historia y arquitectura de su recinto. A pocos minutos disfrutando de la ciudad, el centro administrativo, económico y bursátil de León.
En el interior de un marco europeo incomparable, en el que encontramos lo mejor del arte románico y gótico tras la historia milenaria de este Reino de España junto a uno de los mejores espacios de ocio del mundo.
La elegancia del saber vivir y disfrutar de una buena mesa.

Algunas de las especialidades de Palacio Jabalquinto:


SALTEADO DE PASTA FRESCA Y HONGOS CON LANGOSTINOS

CARPACCIO DE SOLOMILLO DE CANGURO CON VIRUTAS DE FOIE AL VINAGRE DE MODENA

FOIE CON SALSA DE OREJONES E HILOS DE VINO TINTO

MILHOJA DE BACALAO Y MANZANA CON MERMELADA DE TOMATE

ENSALADA DE MAGRET DE PATO ESCABECHADO CON SALSA DE FRUTOS SECOS

RAPE A LA VINAGRETA DE HIERBAS SOBRE LECHO CREMOSO DE PUERROS

LOMO DE JUREL AL AROMA DE MODENA CON CEBOLLA CONFITADA Y CIGALITAS
ENTRECOT DE TERNERA CON PATATAS RISOLADAS A LA CREMA DE VALDEÓN

CARRILLERAS DE TERNERA AL VINO TINTO CON VERDURITAS DE TEMPORADA

MOUSSE DE VAINILLA SOBRE BIZCOCHO DE CHOCOLATE Y SOPA DE FRUTAS

CHOCOLATE BLANCO EN ENREJADO DE CHOCOLATE NEGRO CON MERMELADA DE PÉTALOS DE ROSA

SOUFFLÉ DE CHOCOLATE
Toda la información y para reservar en http://www.palaciojabalquinto.com/

martes, 27 de noviembre de 2007

Sabias (De sabiduría )......En comida de Navidad adelantada.....









Durante todo el año, un grupo de nuestra gente (de amigas, como bien dice Azucena) se vienen reuniendo para tomarse "un café u lo que se tercie" . Es una forma de no perder el contacto durante el invierno y la verdad es que ésta "panda" son geniales y divertidas como nadie. El último día fue una comida de Navidad (un poco adelantado ¿no? ) y digo yo que sería la disculpa........ aunque como somos ligeramente avanzadas pá tó......¡Lástima que no llevaba yo la grabadora!.


Al fin, entre todas éstas grandes "maestras"....... y el....... "tú hazme caso a mí en lo que te digo, que no falla.......", (y va a ser que tienen razón...) he llegado a ésta conclusión que alguien escribió:




Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después ....




Después de terminar la carrera, después de conseguir trabajo, después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces después de tener otro.....




Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños, después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar......





Pensamos: seremos más felices cuando salgan de esa etapa.Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestra pareja le vaya mejor. Cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones. Cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos.







La verdad es que "NO HAY MEJOR MOMENTO PARA SER FELIZ QUE AHORA MISMO". Si no es ahora, ¿cuándo?







La vida siempre estará llena de luegos, de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices ahora de todas formas ...







No hay un luego, ni un camino para la felicidad; la felicidad es el camino y es.......¡¡Ahora !!.







Atesora cada momento que vives y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial; tan especial.......... , que lo llevas en tu corazón.




Y recuerda que........





¡¡ El tiempo no espera por nadie !!







Así que deja de esperar hasta que termines la universidad, hasta que encuentres la pareja ideal, hasta que encuentres trabajo, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente .......







...........¡ÉSTE PARA SER FELIZ!







LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO.







TRABAJA COMO SI NO NECESITARAS DINERO.







AMA COMO SI NUNCA TE HUBIERAN HERIDO.













Y BAILA ... COMO SI NADIE TE ESTUVIERA VIENDO.




(Y yo, muy obediente, haré caso de la sabiduría........)

Estuvo con nosotros.........Ángel Marcos Vidal Suárez.......La Bodega Regia





Ángel Marcos Vidal Suárez
Restaurador

Propietario de Bodega Regia y Posada Regia
La gastronomía y el patrimonio histórico son dos de los grandes atractivos de Castilla y León La Bodega Regia combina ambos factores preservando la cocina más tradicional gracias al tesón y el esfuerzo de Ángel Marcos Vidal Suárez su esposa e hijos. Su proyecto gastronómico y turístico surgió en el año 1955. Desde entonces, muchas personalidades han sucumbido a su buen hacer en los diferentes escenarios en los que han materializado la marca ‘Bodega Regia y Posada Regia’. En todos los casos, edificios emblemáticos con más de 500 años de historia.
La Bodega Regia es el fruto de una familia volcada con la gastronomía y costumbres de León.

Usted empezó desde niño y lo hizo en un entorno con mucha historia. ¿Qué recuerda de su infancia entre fogones?

Son recuerdos con mucha satisfacción. Yo era hijo único varón de Ángel y Elisa , él casquero y carnicero y ella descendiente de casa de comidas “ El Capricho”. No cabe duda que cuando una tarea la coges de muy pequeño la empiezas a asumir como un “juego serio” en el que participas y luego te va gustando. Con el tiempo eso te va llenando y así nació mi profesión , que durante un tiempo combiné con la puesta en marcha de una librería antigua llamada “Juan de León”. Creo que empezar una carrera un poco adulto es más duro para quien lo inicia porque tiene otras costumbres y valora más el tiempo de descanso. De pequeño eso no lo valoras así. De mayor, es más probable tener algún vínculo de pareja o amigos y es más difícil ajustar el esfuerzo que requiere esta profesión. Yo siempre pensé que cuando tuviera pareja, buscaría alguien que entendiese el sector de la hostelería y su horario. De pequeño mi trayectoria fue muy bonita. El proyecto lo iniciaron mis padres pero yo me encuentro tan unido a su nacimiento que puedo decir que nací con ‘La Bodega Regia’.
¿De donde viene lo de ‘La Bodega Regia’?

Viene porque cuando lo iniciaron mis padres en otro edificio del siglo XIII, que estaba unido a un palacio, tenía una bodega de piedra que era la bodega regia de la casa de un marqués. La evolución del tiempo nos ha colocado en este otro rincón y son mis raíces. La gente que ha venido durante años se encuentra que no hay nada diferente, con ese calor y ese recuerdo que le da equilibrio e imagen a todos, clientes y amigos.En aquel primer edificio en 1968 deciden afrontar una restauración en el edificio y un importante cambio gastronómico en la cocina. Según la historia la acogida fue espectacular. Por aquel entonces el Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, premió su labor concediéndoles la Placa de Bronce al Mérito Turístico.Desde el año 1955 a 1965 el proyecto se fue afianzando con gente muy leonesa y popular pero ya comenzaba a venir otro público, como franceses en cursos de verano. La reforma llegó efectivamente en 1968 y fue muy importante porque rompió los esquemas de lo que era por aquel entonces la hostelería leonesa. El edificio estaba ubicado en la Plaza de San Martín. Los grandes programas de televisión de la época permitían que la gente conociera mejor España y sus provincias, entre ellas León. Manuel Fraga Iribarne entregó esa placa a mis padres. ¿Qué personalidades han pasado en su historia por La Bodega Regia?En aquellas fechas era cuando se empezaba a mover el partido de Adolfo Suárez. Teníamos una relación profesional muy importante con San Marcos y los actos importantes del año se realizaban allí, pero las cenas se hacían en ‘La Bodega Regia’. Tenemos cuatro tomos de firmas de personalidades que han pasado por aquí. Es importante que en cada ciudad continúen establecimientos emblemáticos que den imagen. En una mesa no sólo es que te sirvan de comer sino que te sirvan bien. Tiene que haber una conexión cocina-sala que lo hace todo más mágico.
La historia de La Bodega Regia también ha pasado por un inciso en el tiempo. ¿Qué ocurrió y como lo afrontaron?
Eso fue en 1986. Por circunstancias ajenas a la profesión nos quedamos sin patrimonio familiar y se encajó duramente. Moralmente, en una ciudad como León, al ver que pierdes todo lo que has tenido, hay que ser fuerte para asumirlo. Personas que supieron del problema que nos había surgido nos concedieron la cafetería del Ayuntamiento de León. Era la mejor cafetería del mundo para nosotros. No obstante, en las navidades de 1989 pensamos que eso no podía seguir y por las noches salíamos buscando casas en venta y sólo pudimos acceder al alquiler de lo que hoy es nuestro café-pub ‘El Rincón del Búho’. Ahí resurgimos de nuestras cenizas y hasta ahora que ha sido un éxito continuado y demostrado siendo elegidos junto con otros dos restaurantes para representar la Gastronomía Leonesa en La Expo 92 en Sevilla y realizando las I y II Jornadas Gastronómicas en el Corte Inglés de Canarias, Murcia, y La Coruña, además de las Jornadas en el Hotel Eurobuilding en Venezuela, en el Hotel El Alba en Puebla de México y obteniendo a su vez la Placa de Plata al Mérito Turístico otorgada por Abel Caballer y la Dama de Turismo de Castilla y León.
Su familia, especialmente su mujer Ana y después sus hijos, han sido claves en la historia de su proyecto. Todos han estado volcados en preservar la idiosincrasia de ‘La Bodega Regia’.
Ana lleva la cocina y estamos muy compenetrados. Cuando las cosas las compartes es muy bonito. Los hijos son la continuidad del sueño. Cuando eran pequeños mirábamos desde ‘El Búho’ a la que ahora es nuestra casa. Se pudo comprar la casa , lo que ha hecho posible la continuidad en la restauración.
‘La Bodega Regia’ está reconocida dentro de organizaciones gastronómicas de la comunidad autónoma, país y Europa. Resúmanoslo.
Entre ellas somos miembros de “Eurotoques”, es un grupo de cocineros europeos con gran prestigio. Pero en León hay muy poco de cocina tradicional, la mayoría es cocina moderna y evolucionada. También formamos parte de la Cámara de Comercio, la Asociación de Hostelería Provincial, el Círculo Empresarial Leonés y la Federación Leonesa de Empresarios que precisamente coincidiendo con mi 50 aniversario me nombraron “Empresario del Año 2006”. Estás un poco representando a tu ciudad en todos los sitios.
La ilusión de su familia por el proyecto ‘Bodega Regia’ pasa también por el proyecto de ampliar a un hotel. ¿Porqué surge ese nuevo reto?
En 1997 surge la primera ‘Posada Regia’. Pasan los años y vemos que se estaba quedando pequeño para el volumen de clientes que teníamos lo que nos hizo, hace ahora unos tres años comprar una segunda casa en la calle ‘El Paso’ que había sido también un bar y después se transformó en fábrica de embutidos, industria que con el paso del tiempo tuvo que salir de la ciudad y la casa se quedó vacía. Hablamos con los hijos y les pareció muy bien, se preparó la compra y la restauramos. Es la ampliación a la ‘Posada Regia II’. Creo que es una alternativa excelente al hotel de cadena
.
Más información y reservas....http://www.regialeon.com/

domingo, 25 de noviembre de 2007

Y los chicos....¿Qué hacemos con los chicos?.....


......Toñi....... ¿Pensaste en ellos?
Ya vienen Noe y Ana a por mí...... como "cazas" ; "madrazas" ellas preocupadísimas a ver si se nos ha ocurrido algo........
Y es que con los "chicos" no hay nada que hacer, por que lo hacen ellos.....
No voy a contar aquí las excelencias de nuestra "juventud, divino tesoro".
No voy a decir lo guapos, altos, listos, inteligentes, estupendos y maravillosos que son todos (¡que lo ssooooonnnnn ¿eh?; ¡que lo son!), por que eso ....... , con mirar a la cara de sus padres que babean y rebabean todo el rato con sus criaturas ya nos basta. Contar todas las bonanzas con detalle, les corresponde a ellos que le echaron ciencia , conciencia y buenos genes.

Los nuestros se bastan y sobran para desenvolverse y desde aquí yo les agradezco su presencia en todo lo que se organiza. Me da "......... "(la expresión queda fea, y yo soy una dama "joven" -ja, ja -) que tengaís que ir a Cerezales por no disponer de local adecuado para reuniros, pero es lo que hay..... y además agradecidos al pueblo vecino. Habrá que tener ilusión y pensar en que se pueden cambiar las cosas; tiempo......

Cada iniciativa suya, cada cosa que quieran hacer........ tendrá apoyo por nuestra parte. Y ya pensaremos a qué nos dedicamos en la Semana ¿eh? Ir pensando y a menear el "...... " (misma expresión de antes).
El año pasado los de Buntaka.... (ya veremos quien el próximo)
Éste año el Dragón fue genial, chicos.......



















Jóvenes siempre ha habido, están en todas las culturas y en todas las realidades sociales. "Juventud", sin embargo, no.
La juventud, como larga etapa de la vida en la que uno o una se dedica a sentirse joven y ejercer de joven, es una construcción social. No es algo necesario ni espontáneo.
Para que se dé juventud han de darse dos tipos de factores. Por un lado unas determinadas condiciones sociales; por otro, una construcción cultural, generada por las personas adultas y por los propios jóvenes. Es decir, sólo cuando se dan aspectos como las crisis y los cambios tecnológicos que no precisan la rápida incorporación de las personas al mercado laboral, cuando se produce un nivel de desarrollo básico que garantiza niveles suficientemente amplios de acceso a los bienes de consumo, es posible hablar de juventud. Así, por ejemplo, no hay adolescencia sin posibilidades de alargamiento de la escolarización más allá de la infancia. Cuando alguien que está saliendo de la niñez debe dedicar sus esfuerzos a sobrevivir, difícilmente podemos decir que se dedica a ser joven. Pero, también ha de darse el elemento cultural. Es decir, unas formas de ser vividos, leídos e interpretados por las personas adultas con las que conviven y, lo que es más importante, un conjunto de prácticas culturales, de generación de formas propias de entender y sentir la vida. Se sienten formando parte de una realidad amplia que consideran juventud y producen formas diversas de serlo.
Entre los cambios socioeconómicos que se han producido en nuestra sociedad están los que tiene que ver con el alargamiento de la vida, de los años de expectativa de vida y la correspondiente reubicación de todos los ciclos vitales. Cuando sólo se espera vivir 50 años, se llega pronto a la vida adulta. Cuando las probabilidades están más allá de los ochenta, hay tiempo para otros ciclos vitales diferentes de una larga vida adulta o una interminable tercera edad. Por esa razón, entre las edades infantiles y las etapas adultas han aparecido, en las sociedades occidentales, etapas vitales destinadas a no ser ni lo uno ni lo otro.
La primera de las cuestiones a aclarar es la de qué edades colocamos bajo la etiqueta. ¿Quién es joven?

Con un criterio simplemente sociológico colocamos entre los jóvenes a todos aquellos y aquellas que abandonan la infancia y todavía no son considerados adultos. La dificultad en todo caso es cómo definir esto último. Cuando la pretensión es trabajar con los jóvenes solemos hablar de: preadolescencia o tiempo de trasformación adolescente (12-14 años como referencia); de adolescencia (15-17); de postadolescencia (¿); de juventud; de jóvenes adultos; de adultos jóvenes... ¿Hasta cuándo? Dicho de otra manera, sabemos cuándo comienza, pero el final es totalmente arbitrario. Depende de qué consideremos ser persona adulta (cuando todo el mundo se considera joven) o de qué aspectos jóvenes entendamos que son más relevantes (por ejemplo: vivir autónomamente). ¿Lo dejamos en los 30?

Sociedades adolescentes

Con cualquier propuesta de edades podemos estar de acuerdo en que hay tres grandes tramos o etapas: el periodo que tiene que ver con la adolescencia, el periodo central de la juventud y los años de emancipación o etapa final.

De la adolescencia apenas hablaremos ya que su análisis ha de incorporar otros muchos elementos de índole psicológico y educativo. En cualquier caso, conviene recordar que, aquí y ahora, se ha convertido en una etapa obligatoria para todos y todas, independientemente de cuál sea su entorno familiar, la realidad social, los condicionantes culturales. Todos y todas están obligados a dedicar unos años de sus vidas a ser adolescentes, a hacer de adolescentes como los que les rodean. Eso todavía no resulta fácil cuando se proviene de entornos culturales en los que no hay adolescencia, en los que no estaba prevista la adolescencia. En ellos se pasaba de la infancia final a la juventud o la vida adulta por simples ritos de paso, de transición, no por apalancarse unos años dedicándose a ser adolescente. Es más o menos igual que en nuestros barrios, hace escasos años, cuando se dejaba de ser niño pasando de la escuela primaria a hacer de aprendiz de pequeño hombre barriendo un taller, o de pequeña mujer cuidándose de los hermanos o empezando a trabajar a turno en una fábrica.
LA CONDICIÓN JOVEN HOY

Si hablamos ya de jóvenes, podemos considerar algunas de sus características dominantes, producto en gran medida de los contextos sociales en los que se producen. Sin olvidar en ningún momento su diversidad, podemos destacar algunas de sus grandes características.Jóvenes del tercer milenio En una sociedad en profundo cambio, lo primero que debemos destacar es que gran parte de las formas de ser joven hoy (identidades, actitudes, comportamientos, etc.) son muy diferentes de las de los años 70 y 80. Estos cambios han hecho incluso que las diferentes teorizaciones sobre la juventud hayan sufrido cambios y confrontaciones. Para algunos estudiosos del tema se había puesto antes un excesivo énfasis en la
"Gran parte de las formas de ser joven hoy (identidades, actitudes, comportamientos, etc.) son muy diferentes de las de los años 70 y 80. Estos cambios han hecho incluso que las diferentes teorizaciones sobre la juventud hayan sufrido cambios y confrontaciones".
"En general, los jóvenes actuales, a pesar de estar más formados, no promocionarán socialmente más que sus padres".
Ahora, se ha pasado a insistir en la juventud como una etapa vital con sentido en sí misma. Ser joven es ser joven y no intentar ir acercándose hacia la vida adulta. De una manera u otra, la juventud actual sigue siendo un conjunto de años en los que se dan procesos para adquirir un puesto en la sociedad y para emanciparse del núcleo familiar. La juventud es un proceso de emancipación y autonomía con respecto al mundo familiar y al mundo del trabajo. Las condiciones en las que éste se produzca condicionan las formas de ser joven. Esas condiciones han cambiado en los últimos años y los procesos se han hecho más lentos y complejos. La primera constatación a hacer es la de que el grupo joven está perdiendo peso y su posición social se está debilitando. La caída de la natalidad que se inició en las décadas anteriores se nota ya en las edades jóvenes y se agudizará en los próximos años. No sólo cada vez hay menos jóvenes, sino que su peso, en una sociedad envejecida, cada vez es menor.
Una parte de las grandes trasformaciones producidas en los últimos años en la realidad de los jóvenes tiene que ver con los cambios producidos en el mundo del trabajo. Ya no se da aquella vieja situación de los años 60 y 70 en la que se distinguían fundamentalmente dos tipos de trayectorias laborales: las de los jóvenes de las clases medias que podían aplazar su incorporación laboral y las de los jóvenes obreros que forzosamente experimentaban una presión para incorporarse con rapidez. En la actualidad con procesos de larga duración para todos y todas, predominan secuencias mucho más desestructuradas, con crisis y tensiones, o secuencias de aproximaciones y tanteos sucesivos. En este sentido, los jóvenes no son otra cosa que el sector más afectado por los cambios que se han producido en las relaciones laborales, hoy marcadas por la precariedad y la discontinuidad. Los jóvenes actuales siguen teniendo mayores tasas de desocupación (el doble) que las personas adultas y, cuando consiguen trabajo, su relación laboral está marcada por:

- La inseguridad sobre su continuidad en el trabajo (el 55% de los asalariados son temporales y dos terceras partes de los ocupados llevan menos de un año en su trabajo). La relación contractual es por lo tanto muy débil y difícilmente pueden plantearse reivindicaciones o protestas.

- Los ingresos son muy bajos (los que ganan 140.000 Pts. o más son escasamente una cuarta parte).
- La protección social que reciben es muy escasa, de tal manera que muy pocos cuentan con prestaciones por desocupación.
Llenos de estudios pero viviendo con la familia Esta situación laboral se produce curiosamente cuando la sociedad española tiene la generación de jóvenes con más años de estudio que nunca. Entre los jóvenes de 25 a 29 años hay el doble de titulados universitarios que entre los adultos. Por cada persona adulta activa hay cinco jóvenes de más de 20 años que han cursado estudios secundarios. Las ocupaciones de los jóvenes no reflejan su formación. Las relaciones entre formación y ocupación han cambiado. Las titulaciones no sirven directamente para ocuparse, pero acaban actuando de mecanismo de selección ya que para cualquier trabajo suponen un filtro que elimina a los menos preparados.Para hacer de bombero no se necesita título universitario pero los que lo tiene acceden con mayor facilidad que los que no lo poseen. A la inversa, la baja formación y la nula titulación sí que son mecanismos segregadores. Los jóvenes que se encuentran en esa situación están más desocupados y con trabajos en peores condiciones. En general, los jóvenes actuales, a pesar de estar más formados, no promocionarán socialmente más que sus padres. Esta situación ha tenido un fuerte impacto sobre los procesos de emancipación. Entre el 70 y el 80% de los chicos y chicas jóvenes sigue viviendo en el hogar de origen (todavía más de la mitad entre los 25 y los 29). Sólo falta añadir las dificultades para acceder a la vivienda para que esta situación se refuerce.

Felices pero día a día
Todo esto no quiere decir que los chicos y chicas jóvenes actuales vivan en tensión o dominados por las tensiones. En casi todas las encuestas aparece que una gran mayoría de ellos y ellas vive su situación como satisfactoria o buena. Pero ha supuesto grandes trasformaciones en otros aspectos. La emancipación no es el objetivo prioritario y aparecen nuevos intereses, nuevas centralidades para la vida, nuevos comportamientos. El trabajo ha dejado de ser el centro y por lo tanto el eje a partir del cual se construye la identidad. Los amigos, el tiempo libre o incluso la familia lo han substituido. Actúan, viven y son mucho más en función de los tiempos de ocio que de las actividades laborales. Trabajar incluso tiene ya, para muchos, otra finalidad: obtener recursos para poder pasárselo bien. La identidad pasa ya mucho más por el ocio y el consumo. No se trata de que todos y todas se hayan vuelto materialistas, ya que es entre la población joven actual donde pueden encontrarse mayor presencia de valores que tienen que ver con lo no material: las relaciones humanas, los afectos, la solidaridad concreta. Pero también ha supuesto la modificación de los comportamientos en relación con el tiempo. Ha aparecido el "presentismo" como forma de vivir sin pensar en un futuro difícil de pensar y planificar. Se trataría de la versión juvenil de las culturas de la supervivencia, propias de los grupos sociales que siempre han vivido inmersos en la precariedad económica y cerca de las situaciones de exclusión. Han aprendido y aceptado que debe vivirse al día (muchos jóvenes que no saben nada del latín entienden y usan la frase "carpe diem"). Es en ese contexto donde cobran sentido la mayoría de sus comportamientos, sean o no problemáticos. Desde la conducta sexual a los diferentes usos de drogas, desde la movida del fin de semana a los diferentes estilos de vida o las culturas y tribus juveniles. La diversidad de trayectorias, su alargamiento, su precariedad y sus riesgos, el largo tiempo dedicado a hacer de estudiantes, las dificultades para la emancipación, etc., resitúan las formas de ser joven, desplazan la satisfacción a otros ámbitos de la vida.
Todavía desiguales
En este resumen parcial, me queda por destacar todavía las diferencias. He comenzado recordándolas y acabo revisándolas. Después de tener en cuenta las edades, hay que tener en cuenta el territorio. La juventud no está distribuida uniformemente, se da una mayor concentración urbana, en determinadas periferias de las grandes ciudades y es muy diversa dentro de cada barrio o pueblo. Pero hay dos grandes diferencias que tienen todavía un peso determinante: el sexo y la condición socioeconómica. Aunque la realidad de las chicas jóvenes es muy diferente a la de las mujeres adultas, su posición en relación con los chicos de la misma edad sigue estando discriminada. Por cada mujer adulta ocupada hay dos jóvenes ocupadas. Además su nivel de incorporación a los estudios no sólo ha aumentado espectacularmente sino que ha superado hace tiempo al de los chicos. Hoy hay más tituladas que titulados superiores, más chicas que chicos con estudios secundarios y, de promedio, las chicas jóvenes han estudiado al menos un año más que los chicos. Pero, a pesar de su mayor formación, su situación en el mercado laboral es más precaria: les afecta más el paro, la temporalidad y las bajas condiciones económicas (salvo en algunos niveles técnicos donde ya están superando al número de chicos ocupados). Las tasas de emancipación parecen ser algo mayores, aunque es muy posible que no sea otra cosa que un paso de la de dependencia familiar de origen a una nueva dependencia de pareja. Las condiciones sociales de origen siguen siendo también un fuerte factor de diferenciación entre los jóvenes. Estudiar más años, acceder a los estudios universitarios, sigue dependiendo de las condiciones sociales de la familia. Por cada hijo o hija de trabajadores que está en la universidad hay cuatro de las clases medias o profesionales. Por eso las formas de acceder al mercado laboral, el tipo de trayectorias de inserción y de emancipación dependerán de las condiciones socioeconómicas del grupo familiar.








miércoles, 21 de noviembre de 2007

De Bautizos .......... Los niños











Vale que yo aquí ya tenía tres meses y mi abuela me metía ropa por debajo para aparentar más. Pero yo no veo que fuera tan "ruin y pequeñina , una miseria,hija !" como dicen que era.......¿ No será que Anibal exagera cuando dice que yo cabía en la palma de la mano?. Ahora, claro.... Si comparamos con lo "hermosote" que se crió siempre mi hermano.......(el del sombrerito de abajo)


Nacimiento.

Tras el embarazo, llegaba el momento del nacimiento de un nuevo miembro al seno de la comunidad. Raro era el año en que no se producían 8 ó 10 partos en cada pueblo, partos que se presentaban con muchas dificultades para la madre y para el futuro hijo. Malos embarazos, en los que la madre seguía haciendo las labores habituales, ajenas a cualquier cuidado; malas condiciones sanitarias. Todo ello provocaba partos difíciles. Ante el temor que el niño se quedara sin bautizar, se echaba mano del llamado "bautismo de necesidad", que cualquiera lo podía hacer, sobre todo las llamadas comadres, pronunciando las palabras EGO TE BAPTIZO IN NOMINE PATRIS & FILIS & SPIRITUS SANCTI. AMEN, mientras se echaba el agua sobre la cabeza del infante. Si el niño salvaba y se le había bautizado correctamente en casa, El Sínodo de 1.584 mandaba que no se volviera a bautizar, sino que el cura le haga la cruz, algunos "exorcismos, y le ponga el olio y chifma" (Sínodo de 1.584).
Si el niño nacía en buenas condiciones, se debía bautizar en un plazo de ocho días, poniéndole nombres de santos y santas, asistiendo a la iglesia los padrinos, un hombre y una mujer, los cuales tenían en sus manos al niño mientras se le echaba el agua bendita; si se hacía el bautismo por inmersión, lo recibían de manos del cura o bautizante. Hasta avanzado el siglo XVII, se acostumbraba a bautizarlos por inmersión, sustituyéndolo, más adelante, por el de aspersión u oblución, ya que en criaturas tiernas se podían producir roturas en el momento de meterlos en la pila bautismal. El ritual del bautismo por inmersión fue condenado en el Concilio de Arlés, del año 524; si aún se seguía practicando en el siglo XVII era consecuencia del apego del pueblo por sus ancestrales costumbres.
La pila, debía estar en capilla particular, cerrada con llave; donde no la hubiere, tapada con madera y cerrada, guardando la llave el cura del lugar. El día del bautismo, la familia hacía una ofrenda a la iglesia, consistente, en muchos sitios, en una corta cantidad de pan, vino y alguna vela.En algunos lugares estaba extendida la creencia de que si los padres asistían al bautizo del hijo, lo hacían infeliz, por lo que se abstenían de ir. Las madres se quedaban en casa, cumpliendo la cuarentena. Es decir; que para la recién parida, además de un caldo de gallina -a lo sumo un chocolate- y los cuarenta días de reposo, la obligación era asistir a la "misa de la purificación" y recibir la "bendición post partum". A
compañadas del pequeño hijo, llevaban una ofrenda, consistente en una gallina para el cura.

El bautizo

El término griego bá·pti·sma se refiere al proceso de inmersión, es decir, sumergirse y emerger; se deriva del verbo bá·ptō, "sumergir". (Jn 13:26.) En la Biblia, "bautismo" e "inmersión" son términos sinónimos.
El bautizo de los recién nacidos se realizaba al día siguiente de nacer o, como muy tarde, dentro de los tres primeros días. El alto promedio de mortalidad entre los más pequeños y la creencia religiosa de que los niños que fallecían sin bautizar acudían al ‘Limbo’, lo aconsejaban. (Y ahora nos hemos quedado sin ese sitio......¡Jo!...)
La tradición obligaba también a que el nombre del niño para su bautismo se elegía de acuerdo con el santo del día de su nacimiento o con el de uno o varios familiares. Algún día haremos la lista de "nombrecitos" ocurrentes de la zona; los nuestros son "tela"....., pero hay que reconocer que en Cerezales, se llevan primer premio.

El acto religioso tenía lugar en la tarde de un día festivo. En los pueblos del medio rural, el acontecimiento se anunciaba a través de un toque especial de la campana de la iglesia. Se podía llegar a distinguir incluso si se trataba de varón o hembra por sus toques.
Al lugar de la ceremonia se llevaba una jarra con agua, una toalla, un salero y una vela, objetos todos ellos indispensables para el ritual. A la iglesia acudían también los padrinos y la familia del niño, aunque, paradójicamente, la madre permanecía todavía en la cama. De hecho, en el siglo XIX, los padrinos cobraban en el bautizo mucho más protagonismo que los propios padres. Siguiendo esta tradición, el padrino corría con los gastos de la ceremonia, la ‘repelea’, los caramelos , peladillas y las ‘perras’ que se arrojaban a la chiquillería del pueblo a la salida de la iglesia.
Ese día, al niño se le vestía con un atuendo especial, que, dependiendo del poder económico de la familia, podía ser el habitual –cubierto con una mantilla blanca– o el ‘faldón de cristianar’ de buenas telas, bordados, puntillas y gorrito a juego. Esta prenda familiar pasaba de padres a hijos.

Los nombres

El primer lugar al que salía una persona poco después de nacer era a la pila bautismal. La imposición de un nombre propio venia marcado por tradiciones familiares, por el padrino correspondiente, por el cura del lugar,por el santo del día o por devociones particulares de los padres. En cualquier caso, el patronímico designado, siempre tenía entonces connotaciones religiosas, a la búsqueda del amparo y protección que podía tal titulo tener para el pequeño.
Se solía decir ( hasta S. XVIII ¿?) : " Me lo entregaste moro y te lo devuelvo hecho cristiano; se llama...X..... y tiene por abogado a ..... San X..... ; que Dios os dé salud para criarlo en el santo temor de Dios- educarlo cristianamente - . y que honre en adelante vuestra casa ". El apostolado, salvo el nombre de "Judas", servía para para bautizar a la mayor parte de la población.

Primeros cuidados
El cuidado de los niños estaba al cargo de la madre, la abuela y los hermanos, sobre todo de las hermanas mayores, que por ello faltaban con frecuencia a la escuela. En las familias de clases medias y altas se contaba con la ayuda de sirvientes para cuidar a los pequeños.

Alimentación
La lactancia materna se prolongaba habitualmente hasta los dos o tres años. Cuando esto no era posible, y en una época en la que no existían sustitutivos de la leche de la madre o del biberón, se les daba a los niños papillas hechas con harina, leche y azúcar, y más tarde, sopitas de ajo. Cuando la madre no podía dar pecho al recién nacido, se acudía a otra que ya estuviera criando a su propio hijo para que alimentara también a este bebé. En otros casos, cuando el niño moría en el momento del parto, se sacaba a un pequeño de La Inclusa para darle de mamar, que con frecuencia se quedaba en la familia. En ambos casos, se establecía una relación especial entre los pequeños alimentados por la misma madre: pasaban a ser ‘hermanos de leche’.

La higiene
La higiene de la infancia de nuestros abuelos apenas se parece a la de hoy. La carencia de agua en las casas, las costumbres y los escasos medios la dificultaban. Prueba de ello es que en la España de los años cuarenta, mejorar la higiene en los cuidados de los niños era el objetivo de una de las campañas sociales de la Sección Femenina.

Primeras ropitas
A finales del siglo XIX y principios del XX, las primeras prendas de un recién nacido eran:
o De la cintura para arriba:
- Las camisitas. De tela fina y sin costuras, abiertas por detrás con un solo botón, con o sin mangas.
- El jubón. Parecido a la camisa, pero de tela más fuerte –muletón, franela…– abierta por detrás o por delante. También podía ser prenda externa.
- La chaquetita. Se confeccionaba en casa con lana fina. Abrochada por detrás, solía ir a juego con los patucos y el gorro.
- El babero. Se les colocaba alrededor del cuello para proteger el pecho de la humedad de la saliva y de la comida.
- El gorro. Los gorritos y capotas se emplean como abrigo y como complementos de adorno. Se encuentran en todo tipo de tejidos, algunos con abundantes bordados, encajes y cintas.

De cintura para abajo
- El pañal. Tela blanca, suave al tacto, rectangular de unos 70 u 80 cm. Se le colocaba al niño rodeado a la cintura y una punta entre las piernas para evitar escoceduras.
- La mantilla. Prenda exterior, de tela de muletón, felpa o piqué, generalmente blanca, con algún bordado y puntillas. De medidas parecidas a las del pañal y colocada de la misma manera.
- La faja. Tira de tela, de punto de aguja u otros materiales similares, generalmente de color blanco y con un hiladillo cosido en uno de los extremos. Se colocaba protegiendo el ombligo y rodeando la tripita. Su función era ‘enfajar al niño’ con la idea de proteger su cuerpo débil y blando.
- La toquilla. Servía para envolver al niño y podía tener adornos. Si no se disponía de toquilla, se envolvía al niño en una toalla.
- Faldón. Vestidos de más o menos largura y variedad de tejidos. Un faldón especial era el empleado en el Bautismo.

Los primeros pasos
El niño, tras pasar largo tiempo en la cuna, comenzaba a gatear y a dar los primeros pasos.
Para que el cambio no fuera brusco, se utilizaban las andaderas de varas, las polleras de mimbre y los andadores de madera, que posteriormente se elaborarían con otros materiales. Y para tenerlos más seguros mientras las madres realizaban las tareas en el hogar, existían los hornillos, carretones o bretes, lugares donde se les sentaba y se ellos se entretenían con sencillos juguetes.
A la hora de salir a la calle, los coches y las sillas de niño no estaban al alcance de todas familias, por lo que quienes no tenían una buena economía llevaban a los pequeños en brazos, sujetos con un mantón que al mismo tiempo les servía de abrigo.

Vestidos ‘de corto’
Para enseñar a andar al niño había que vestirlo ‘de corto’, habitualmente alrededor de los seis meses después de su nacimiento. Era en ese momento cuando los pañales y mantillas se sustituían por picos, culeros, gasas y braguitas, y los faldones daban paso a vestidos –excepcionalmente, nada cortos, ya que antiguamente casi cubrían los pies.
A finales del siglo XIX y principios del XX, los niños y niñas de esta edad, llevaban los mismos vestidos. Más tarde los atuendos infantiles se diversificaron de acuerdo con las modas de cada momento y con las posibilidades económicas de la familia.
En líneas generales, la indumentaria infantil de los primeros años era ‘en pequeño’, similar a la de los adultos.


La escuela
La escuela, hito fundamental en la vida del niño, no está al margen de los avatares ideológicos, políticos y económicos del país.
En el convulso siglo XIX, la preocupación por la educación se plasma en varios acontecimientos: por una parte, en la aprobación Ley Moyano de 1857, y por otra, en movimientos de renovación pedagógica como La Institución de Libre de Enseñanza (1875). Ambas serán suprimidas por la guerra civil.
La Ley Moyano estableció, entre otras cosas, la obligatoriedad de la primera enseñanza y la gratuidad de la misma para el que no pudiera pagarla. Además, perfila un modelo diferente de aprendizaje para las niñas, a las que se les debía enseñar labores ‘propias de su sexo’, omitiendo asignaturas de ciencias. Un modelo de educación que, con la excepción del tiempo de la II República, permaneció vigente hasta la segunda mitad del siglo XX.
La escuela de los años 1940-50 puso el acento en la vuelta a los valores tradicionales, con un fuerte peso de la Iglesia y de la Falange. En esta época, en la escuela pública se comenzaba a los seis años y se terminaba a los catorce, aunque era frecuente su abandono a partir de los once y doce años para empezar a trabajar.

Las enseñanzas fundamentales consistían en saber leer, escribir y hacer cuentas, además de nociones de geometría, gramática, geografía, historia, ciencias naturales, urbanidad, higiene y religión. Todo ello se recogía en un solo libro, la enciclopedia, más el catecismo.
Los útiles escolares eran muy escasos: carteras y cabás de cartón, pizarra, pizarrín, cuadernos de ejercicios, lapiceros y plumillas. Las niñas, como añadido, debían llevar también lo necesario para las labores de costura.
En esta época, además de la escuela pública, la enseñanza privada –mayoritariamente religiosa– educaba, en sus colegios e internados, a los hijos e hijas de las clases más acomodadas.
A partir de 1970, distintas Leyes Generales de Educación, unidas a los cambios sociales, hicieron que la escuela de nuestros abuelos apenas se parezca a la hoy.


Una infancia robada
Para gran número de niños y niñas, la infancia no fue fácil ni bonita. Unos sufrieron la carencia de la familia, otros la enfermedad, no pocos fallecían y la mayoría tuvo una infancia corta, ya que desde muy pequeños tuvieron que trabajar.
Niños abandonados
La pobreza, los prejuicios sociales o la orfandad hicieron que durante el siglo XIX, y gran parte del XX, las ‘inclusas’ o centros de beneficencia estuvieran llenos de niños abandonados.
Sin embargo, la escasez de medios, los cuidados deficientes, la carencia de afecto y las enfermedades de la época hacían que las posibilidades de sobrevivir en estos centros de acogida fueran muy escasas.

Enfermedad y muerte
En el siglo XIX, el retraso de la medicina, la falta de recursos y vacunas, así como la ignorancia en materia de salud y la falta de higiene eran factores que favorecían la aparición frecuente de enfermedades en la vida de los más pequeños.
Cuando un niño caía enfermo, se solía hacer alguna promesa religiosa, como llevar al pequeño andando a la ermita de la Virgen o del santo protector, o bien que acudiera sólo la madre. A veces se ofrecía un exvoto en el lugar sagrado.
En las primeras décadas del siglo XX, el índice de mortalidad en España era el doble que en Europa. De cada 1.000 niños nacidos, fallecían 120 (un 12%), mientras que el 32% perecían antes de cumplir los cinco años.

Trabajo
En la sociedad rural y tradicional, los niños ayudaban en las tareas de la casa desde que eran muy pequeños, llevaban a sus padres la comida al campo o cuidaban de los animales.
Era frecuente que, sin llegar a terminar la escuela, los pequeños trabajaran a jornal, se fueran a servir o entraran a trabajar en algún taller, en la fábrica o en la mina. La legislación de la época incluso lo contempla y limita la edad para empezar a trabajar a los diez años. ”Los menores de ambos sexos que no hayan cumplido los diez años no serán admitidos en ninguna clase de trabajo”. (Ley de 13 de marzo de 1900. Artículo 1)


martes, 20 de noviembre de 2007

De Comuniones..... Y sus cosas.....

Recordatorio tamaño folio que regalaba el cura en la Primera Comunión
Ambasaguas, 23 de Mayo de 1933
Recordatorio tamaño folio que pone:
RECUERDO DE LA PRIMERA COMUNION
 Iglesia de
Ambasaguas el 4 de Mayo de 1936








Como que yo miro con mal gesto..... creo que no me gustaban la cámara, o sería que no tenía más que nervios y no entendía nada.....

Todos iguales y sin "entorchaos"Los tiempos han cambiado .......

Mira que llevo buscando ¿eh?

Y es que no encontraba yo el origen o la razón por la que los niños se visten de marineritos en su primera comunión, aunque el pueblo sea de secano. Pero he tenido premio a ésta tozudez mía (después me quejo de los brazos) y aquí os dejo resuelto "el misterio" sin tener que recurrir al CSI ni ná. ¡¡¡Telaaaa!!!!

*El traje de los niños

El traje de los niños puede estar formado por camisa y pantalón blancos o por un traje completo en color liso, pero lo más usual es que lleven un traje de corte militar, con pantalón blanco, camisa blanca y blazer azul marino o blanco, con botones y galones dorados en los hombros y a lo largo de las mangas. El color blanco del pantalón y la camisa simboliza la pureza del niño que recibe a Jesucristo por vez primera. Nos hace recordar la limpieza del alma que acaba de ser purificada por el sacramento de la confesión.
El corte militar en el traje de Primera Comunión, simboliza el espíritu de lucha contra las tentaciones que deberá mantener el niño a la largo de su vida para mantenerse fiel a Jesucristo. Los botones y galones dorados simbolizan sus futuros triunfos en las batallas contra el demonio.
Generalmente el blazer tiene un cordón dorado que sale del hombro derecho y se abrocha al botón central de la camisa o del blazer con un crucifijo. Este cordón simboliza su adhesión a la Iglesia de Pedro, su fidelidad al Papa y a las enseñanzas del Magisterio.

*El vestido de las niñas
Las niñas asisten a su primera comunión vestidas con un vestido blanco, largo hasta el tobillo, generalmente está adornado con flores, encajes, listones y tiras bordadas que simbolizan todas las buenas obras que la niña realizará a lo largo de su vida para embellecer aún más su alma.También se acostumbra que las niñas lleven una corona de flores en la cabeza sosteniendo un velo corto.La corona de flores nos recuerda las coronas de rosas que se ponían las primeras mártires de la Iglesia cuando iban a ser devoradas por los leones, simbolizando la alegría de ir al encuentro del Señor.El velo sobre la cabeza simboliza la fe que ilumina la razón y que nos lleva a conocer a Dios, pero de una manera parcial, como a través de un velo. A Dios lo conoceremos directamente, cara a cara hasta que lleguemos al cielo.

La Primera Comunión
El rito de la Primera Comunión es el más destacado de la infancia de esta época.
Las condiciones que había que reunir para hacer la primera Comunión eran tener la edad y saberse el catecismo.La edad se marcaba a partir de los seis- siete años, cuando se suponía que el niño ya tenía ‘uso de razón’, aunque el abanico de posibilidades era relativo amplio, ya que los recordatorios conservados señalan edades comprendidas entre los seis y los doce años.
Habitualmente, los niños recibían la enseñanza del catecismo del párroco, bien en la propia escuela, bien los domingos después de la Misa Mayor. Posteriormente, la catequesis se recibía en la parroquia, impartida por seglares.
El día de la Primera Comunión, los niños debían guardar las normas de ayuno que imponía la Iglesia; desde las doce de la noche del día anterior no se podía comer, lo que ponía en apuros a más de un chiquillo. Al terminar la ceremonia, el sacerdote les entregaba una estampa grande como recuerdo de este día.
El Catecismo debía aprenderse de memoria, tanto preguntas como respuestas y por el mismo orden en que aparecían en el libro. Cada alumno formulaba una pregunta, siempre siguiendo el orden de aparición en el Catecismo, y el siguiente debía responder a ésta sin titubear y formular la pregunta siguiente y así sucesivamente .Si se tenía algún hermano o hermana de edad similar, se podía retrasar, previo consentimiento por parte del sacerdote, la comunión del primero. De esta forma, ambos hermanos recibirían la comunión el mismo día.
Se hacían ensayos sobre cómo llevar a cabo una confesión, una comunión, etc. y una y otra vez se montaba el escenario a fin de que en la misa del día señalado nadie cometiera ni el más ligero fallo ni la menor imprudencia. Además, cada niño debía aprender un verso compuesto por el mismo sacerdote. Estos versos siempre hacían alusión al nombre y apellidos del comulgante y eran recitados en la iglesia tras haber acabado el rezo del rosario. No sólo el día de la primera comunión se recitaban estos versos. Todos los años, durante el mes de mayo, cada uno de los escolares debía aprender su poesía y recitarla el día señalado. Generalmente se recitaban dos diariamente: una por parte de un niño y la segunda a cargo de una niña que, con ramos de flores en la mano y moviendo la mano derecha para dar un toque de dramatismo a su declamación, subían al altar y, de cara al público, pasaban un buen rato de nerviosismo.
Fotografías de la época reflejan la diferenciación de clases, porque no todos podían vestir de manera especial. Con el tiempo, el vestido blanco con velo y corona para las niñas y el uniforme para los niños se imponen. Era costumbre llevar el crucifijo o una medalla colgados del cuello, el librito de hueso o nácar, el rosario, un lazo de seda bordado en un brazo los niños y la ‘bolsa limosnera’ las niñas (ésta servía para guardar el dinero recibido como regalo).
Los comulgantes repartían los recordatorios entre familiares y amigos. Apenas había celebración familiar, ya que los comulgantes salían a pedir y con lo que les daban preparaban juntos, niños y niñas, una merienda. Más tarde se celebraba en casa una comida típica de los días de fiesta.
La víspera de tan señalado día las mujeres fregaban la iglesia y adornaban los altares con flores. Colocaban reclinatorios cubiertos por sábanas blancas en la nave central, donde debían permanecer arrodillados los comulgantes durante toda la ceremonia.
Al día siguiente la madre madrugaba sobremanera para vestir y asear a sus vástagos y, en especial, a aquel que iba a recibir la comunión por primera vez. Las niñas eran mortificadas por el deseo de la madre de rizar su caballo con tenacillas de hierro puestas al fuego o de cubrir su cabeza con canutillos de cartón para hacerles los tirabuzones. Una vez vestido, nadie podía sentarse para evitar llegar a la iglesia con la ropa arrugada.
Llegados a la iglesia, las niñas, con sus vestidos blancos, se arrodillaban en los reclinatorios de la derecha, haciéndolo los niños en los de la izquierda.
En las procesiónes a lo largo de todo el pueblo, los comulgantes, junto con el sacerdote, iban detrás de estandartes e imágenes, y las niñas llevaban unas cestillas forradas en las que se recogían pétalos de rosas que eran esparcidos por el suelo a lo largo de la procesión.

¡Ah! Y la tradicional medalla (que antiguamente se suponía que otorgaba protección al niño y debía utilizarse la misma que en el bautizo). Los detalles del atuendo se han ido modificando con los años, algunos de ellos incluso han desaparecido como los guantes, el velo o el limosnero.En la vestimenta es, quizás, donde se pueden apreciar en mayor grado estos cambios. Todos conocemos el traje de marinero, pero poca gente sabe que antes había la opción de llevar el de cualquier rango militar, el traje de calle o un hábito, aunque este último atuendo es ya más conocido.Otra cosa muy curiosa y que hoy no se mantiene (menos mal....), es el vestido de ángel que podían llevar los niños que actuaban como acompañantes del que hacía la Primera Comunión, o aquéllos que comulgaban por vez primera a una edad muy temprana.Por otro lado, a pesar de que pueda resultar bastante macabro en nuestros días, el traje de mortaja se utilizaba cuando el niño o niña había estado a punto de morir o se encontraba enfermo.
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La verdad......... Al fin y al cabo....... con esa edad yo creo que lo único que importaba era el vestido y si te regalaban algo......Los regalos eran poquita cosa, desde luego, algún libro de cuentos, un álbum todo cursi para pegar las fotos de ese día, algún dinerillo, que en mi caso no se a lo que llegó. Para que os hagáis idea, con cien pesetas te podías comprar cien polos de los de chupar, doscientas canicas, veinte trompos, veinte láminas de muñecas recortables, cien cromos de los que se ganaban o perdían, treinta y tres sobres de cromos para el álbum, veinte sobres de "gichos" como poco ...Además, nos vestíamos casi como las novias. Yo creo que el vestido era lo que más ilusión nos hacía. Casi me amarga el día una mancha que me cayó , por que yo era muy "tarasca", así que me dejaron en conjunto monísimo de braga y camiseta de ganchillo con lazo rosa hasta la hora de la procesión.
Había cosas que no entendíamos muy bien. Por ejemplo, lo de los pecados. Los había mortales y veniales, según fueran de gordos, y había que contarle al sacerdote los que tú habías cometido para poder hacer la Primera Comunión. También había unos que se llamaban capitales, pero esos no nos los explicaban porque había palabras que no entendíamos, como gula o lujuria, y por lo visto los niños no podíamos cometerlos. Podíamos cometer veniales, sí, como llegar tarde a misa o robarle un caramelo al hermano; y creo que mortales también, porque era mortal tomar el nombre de Dios en vano y eso era decir palabrotas, que mis primos decían todo el rato. Y también podías deshonrar a tu padre y a tu madre si te portabas mal delante de las visitas; y podías decir mentiras y hurtar, que era lo mismo que robar, pero más grave el asunto. Y faltar a toda la misa, porque entonces no santificabas las fiestas; y después cosas raras que no nos querían explicar pero que en los diez mandamientos venían, como desear la mujer del prójimo y cometer actos impuros.
Y las cosas malas que habías hecho se las contabas a D. Lucio el día antes y después tenías que tener mucho cuidado de no decir palabras feas ¡ni siquiera oírlas! antes de hacer la comunión porque entonces ya no podías........ porque estabas otra vez en pecado y si comulgabas en pecado cometías sacrilegio y eso sí que era un pecado más gordo todavía.
Y ¡ojito! que tampoco podías desayunar porque también había que estar limpio por dentro para recibir al Señor, pero beber agua sí podías. De todos modos eso no nos importaba porque después de la Primera Comunión venía la fiesta, con un montón de cosas ricas ......y tarta........ y dulces que ya ni probabas del" palizón" que tenías encima. Iba muchísima gente, que recuerdo yo que en mi Comunión había por lo menos treinta personas, y cocinaba Flora . Además.....estaba mi hermano aguantándome......
¡Cielos! ¡Que trago! Los nervios que pasé......