Memoria

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No, no soy yo...Pero como si lo fuera.

domingo, 2 de marzo de 2008

Las Marzas............ (Con retraso)

  


Marzo florecido
seas bienvenid.
Florecido marzo
seas bienllegado.
A esta casa honrada
señores llegamos.
Si nos dan licencia
las marzas cantamos.
¿Si la cantaremos
o la rezaremos?,
más con su licencia
cantarlas queremos.
Escuchen y atiendan
nobles caballeros
y oirán las marzas
completas, de nuevo
que a cantarlas vienen
los lindos marceros
en primera edad
y en sus años tiernos
como las cantaron
sus padres y abuelos
y hacemos lo mismo
para no ser menos.






http://personales.mundivia.es/flipi/Cuadernos/Cuaderno_3/las_marzas.htm#Arriba LA PRENSA DE AYER Y HOY INFORMAN DE TAL FESTEJO-RONDA EN LEÓN Y QUE EL GRUPO 'AGUZO' HA DESARROLLADO POR LAS CALLES DE LEÓN.

http://www.vacarizu.es/Cuadernos/Cuaderno_32/El_que_recibe.htm




Las Marzas

01.03.07 @ 00:38:12. Archivado en España, pasado
Me paso el día celebrando el año nuevo, pero es que hoy también toca. Después de hablarle del Samain celta, del Solsticio de Invierno, de la celebración "normal" del 1 de enero y de los festejos chinos de hace unos días, esta primera jornada de marzo es momento de recordar la que probablemente sea fiesta de año nuevo más antigua conocida -y desconocida oficialmente-, cuyos ecos se reflejan en Las Marzas.

Julio César fue un gran general, un hábil político, un hombre cruel y un manipulador nato. Con todos esos ingredientes se convirtió en uno de los hombres más importantes de la Antigua Roma. De hecho, a veces creo que fue el romano decisivo en la historia de la urbe latina y que, si él no hubiera existido, Roma jamás habría llegado, ni de lejos, a asumir el rol de dueña del mundo antiguo que mantuvo durante tanto tiempo. Una de sus medidas más astutas y más comúnmente empleadas fue la de alterar el orden administrativo, vigente en ocasiones desde la misma fundación de la república, en todos aquellos aspectos que necesitara o le favorecieran personalmente. Por ejemplo el calendario.
Fue él quien confirmó la modificación definitiva (por razones militares) del calendario lunar de origen ibérico por el que se regían, si no todos, casi todos los pueblos de la antigüedad europea (y además se dedicó un mes a sí mismo: el séptimo, que pasó a llamarse Julio en su honor) trasladando el comienzo del año que antes se celebraba el 1 de marzo para llevarlo al 1 de enero. Todos los pueblos sometidos y esclavizados manu militari por Roma tuvieron que alterar su forma de medir el tiempo por el capricho o la conveniencia del tiranuelo que dicen lloró ante la tumba de Alejandro Magno porque el macedonio ya era rey del mundo a los 33 años y él había sobrepasado esa edad sin haber conseguido ser más que cónsul.
Los pueblos ibéricos fueron los que defendieron con mayor ahínco sus viejas, milenarias, tradiciones durante todo el tiempo que pudieron (de hecho, las han mantenido hasta hoy, aunque no sepan muy bien lo que celebran) ya que con el mes de marzo festejaban el final del invierno y el renacimiento de la vida que conlleva la primavera. Por eso los elementos incluidos en la fiesta de las Marzas eran básicamente la vegetación, las flores, el fuego..., así como la música y danzas que acompañaban la alegría del final del frío y el regreso del calor. Con este ambiente, los festejantes se dividían en dos coros que cantaban alternativamente las estrofas del ritual delante del llamado Marzandrón: una ofrenda floral -una especie de árbol de Navidad- que resumía en sí misma ese renacimietno de la vida. Se cree que esa misma Noche de Marzas era la elegida por los antiguos pueblos celtibéricos para votar la elección o la renovación de los cargos de sus líderes populares (sí, tampoco la democracia es de origen grecolatino, qué se le va a hacer...).
Tengo para mí que este festejo también fue el origen de otras tradiciones como los cantos de villancicos en Navidad o el conocido ¿truco o trato? de lo que hoy conocemos como Halloween, porque sabemos que incluso después de la ocupación romana grupos de jóvenes ataviados con pieles de oveja y cencerros recorrían al anochecer las casas de los vecinos del lugar pidiendo un aguinaldo a cambio del canto de las Marzas. Cuando llegaban a una vivienda, lo primero que hacían estos jóvenes era la pregunta ritual: "¿cantamos o rezamos?", por si en la casa había luto por algún fallecimiento reciente. Al terminar la "actuación", los jóvenes ofrecían un "buen dao" de agradecimiento a los amos de la casa si se habían portado bien con ellos y una "marza rutona" de crítica y sarcasmo si la propina era escueta o simplemente no existía.
Aún hoy día quedan algunos osados y bienmemoriados habitantes del norte de la península ibérica que recuerdan la tradición e intentan mantenerla viva en la medida de lo posible, aunque más por afán de diversión, por interés turístico o por mecánico impulso que por saber lo que se está celebrando y de qué manera. Ciudades como Burgos, Valladolid, Santander o León han recuperado en los últimos años esta tradición que inspiró además otros "juegos florales" posteriores como las Mayas, las Fallas o incluso las Hogueras de san Juan. Hasta los Carnavales, cuyo oscuro -oficialmente- origen se achaca como casi todo en el Mediterráneo a los romanos -en este caso a la celebración de las Saturnalias- pueden tener su origen aquí.
Felices Marzas, feliz año. De nuevo. http://blogs.periodistadigital.com/herrkoch.php/2007/03/01/las_marzas