Memoria

Memoria
No, no soy yo...Pero como si lo fuera.

viernes, 21 de marzo de 2008

Viernes Santo....... Y Dulce Nombre de Jesús Nazareno......

No sé si es que sigo con lo del "jet-lag" (¡jú! con los "idioms"), cosa que ya me parece imposible.... o es que "aberrunto" algo.........( Diccionario de las Hablas Leonesas de Eugenio Miguelez; de "barruntar": conjeturar, tener o dar indicios de lo que una cosa es o puede ser). El caso es que a eso de las seis de la mañana ya lo había dormido tóóóóó. Con lo que no se me ocurrió mejor cosa que ponerme a hacer el bacalao. Por que, señores míos.... Hoy es el día de torrijas, limonada, bacalao y ver el encuentro de los del "Dulce Nombre". Ésto por la mañana , claro. Y por la tarde más "procesioneo" con su sermón y todo: Las Siete Palabras a caballo y la única Oficial "El Santo Entierro" y más limonadas; que alguno que otro que yo me se , con tanta mezcla de "genaras" y "judíos"no se yo si no acabará de aquella manera.........
Así que......
Como ya os comenté que hace años que no estaba yo por aquí en éstas fechas, voy a "pelar"un poco de frío y ver a los papones , tronos y figuras de ésta cofradía por la que siempre sentí una especial predilección. No en vano conozco un montón de gente que pertenece a ella; mi primo Alfonso y sus niños Alfonso y Javi entre ellos. Además siempre , esté donde esté tengo por costumbre ponerme éste día el pedazo medalla que le regaló mi padre a mi madre ( y que ella me dió a mi por que era más de Vírgenes que de Cristos) y que lleva la imagen del titular de ésta cofradía: Dulce Nombre de Jesús Nazareno.



"Las Siete Palabras"
(Que se cantaba el día de Viernes Santo durante los Oficios, si tiene a bien el Sr. Cura oficiarlos......, que éste año parece ser que no, y sólo hay procesión a las siete de la tarde. Mismo de siempre....... Tengo que volver a comprar farolillo pá ir de procesión en fila seria, que dice Ana, que Noe ya fue a coger sitio; creo que tenía los cristalitos rojos labrados.)

Viernes Santo qué dolor
expiró crucificado
Cristo nuestro Redentor
más antes dijo angustiado
siete palabras de amor,
I
La primera fue rogar por sus enemigos
Oh!, caridad singular
que los que fueron testigos
mucho les hizo admirar
II
La segunda un ladrón hizo
su petición especial
a Jesús satisfizo
diciéndole hoy serás
conmigo en el Paraíso
III
A su madre la tercera
palabra le dirigió
diciéndole recibiera
por hijo a Juan y añadió
que por madre la tuviera
IV
La cuarta a su padre amado
se dirige con afecto pío
pues viéndose tan angustiado
dijo dos veces: Dios mío,
¿por qué me has desamparado?
V
La quinta estando sediento
por estar tan angustiado
dijo casi sin aliento:sed tengo
y allí fue a darle
hiel y vinagre al momento.
VI
La sexta habiendo acabado
y plenamente cumplido
dice lo profetizado
dijo muy enternecido
ya está todo consumado
VII
La séptima con fervor
su espíritu entrega en manos
de su padre con amor,
de esta manera cristianos
murió nuestro Redentor.
*****************************************************
Semana Santa- 2004
Diario de Leónhttp://www.diariodeleon.es/especiales/2004/semana_santa/noticia.jsp?TEXTO=100000000812
TIEMPO DE PASIÓN
Una semana de cinco siglos
Escrito por.........Susana Vergara
Redobla el tambor destemplado por las calles del viejo León.
Un toque y silencio. Un toque y emoción.Se lamenta, en la lejanía, una corneta. Un quejido y silencio. Un quejido y emoción.Es el sonido cinco siglos repetido. De primavera en primavera, de generación en generación.Se tiñen las calles leonesas de luto y sentimiento. De sobriedad y tradición.Se cruzan los hermanos de las dieciséis cofradías, éstos históricos, aquellos nuevos, unos “negros”, otros “blancos”, por callejuelas y plazas camino de la procesión.Por cientos, por miles, caminan deprisa hacia el lugar donde aguarda su sitio en la Pasión. Esperan el momento, su momento. Y las palabras tantas veces repetidas, el lenguaje del papón, transmitido de padres a hijos, de hermanos a hermanos, de abuelos a nietos. “¡Buena puja, hermanos!”, dice el seise del paso. “¡Buena puja, hermano!”, dice el papón. Entonces, sólo entonces, cae el capillo sobre la cara y la mano enfundada en negro cuero se agarra a la horqueta. Es la hora. Su hora.Bajo el paso, el papón se convierte en penitente anónimo. Está allí, a la hora en punto, para sentir sobre sus hombros el peso de una tradición cinco veces centenaria. Como su padre, como sus abuelos, como sus hermanos. Como cientos de leoneses antes que él. Sin más excusas, sin más explicación. Está allí para cumplir con el rito, con la herencia, con el sentimiento de la Pasión. Su pasión.Se ciñe el hermano el cíngulo sobre la túnica tableada, planchada con mimo la noche anterior, y coloca con dulzura en la blanca bocamanga, pulida y almidonada, la estampita del Nazareno, de la Madre, la imagen venerada impresa en papel en la que reza, lacónica, una fecha. La de la Semana Santa.Está listo, está preparado, está esperando. El alba despunta. Recita el seise. Nombre a nombre. Hombre a hombre. Una costumbre que es derecho.La marea humana empieza a ordenarse. Es la hora del ritual. Del último susurro, del último rezo. Del juramento de silencio antes de dejar caer el capillo sobre el rostro, antes de sentir sobre el hombro el dolor dulce y tierno de la tradición. “¡Hermanos, a mano!”, “¡hermanos, a brazo!”, “¡hermanos, a hombro”. Es la señal. Todo está a punto de comenzar. Mano sobre hombro, “rasean” los pies desnudos sobre el frío suelo leonés teñido de primavera temprana, hecho aquí de asfalto, allá de pavimento milenario.En la calle se escucha el rumor de los pasos, el sonido de la Semana Santa de León roto por las bandas de cornetas y tambores, la música que acompasa los movimientos y señala al papón que no esta solo, que todos son uno, que todos deben ser uno. En la calle, los “atajadores” corren en busca del mejor sitio. Carreras por los atajos que llevan a la rinconada, a la callejuela, al soportal. Allí donde los braceros bailan el paso al son de las marchas, allí donde los braceros mecen dulcemente los pasos.Sufren los braceros en la vuelta de Escurial, en la Cuesta Carvajalas, en la calle Corta, en el viejo León tejido de historia, estrechado en callejas, aprisionado en leyendas. Pero nadie dirá ni una palabra. Nadie contará la emoción de apoyar la mano sobre el hombro del padre, del hermano, del amigo que puja delante en el paso. La lágrima contenida ante el sonido lacerante de la corneta. Nadie relatará el dolor por un pisotón, aunque sea entre hermanos. O el escozor del hombro amoratado, de los dedos ensangrentados bajo el guante del redoble del tambor. O el sufrimiento agudo de las manolas, aupadas a su tacones. O el tierno temblor de los niños que se inician en el ritual de sus antepasados, savia nueva de los tiempos que vendrán. Nadie contará nada, porque en León se hace el silencio. Hondo, íntimo, profundo. El silencio que impregna la Semana Santa leonesa, hecha a mitades de religiosidad y costumbre, de tradición y gestos. Una Semana Santa a medida de los hombres y mujeres de esta tierra, parca y sentida. Es de ellos, de ellas, de los braceros, de los papones, hombres o mujeres, de los hermanos de las cofradías que acompasan su paso, guardan silencio, se amparan bajo su túnica y mantienen viva la esencia de la Pasión leonesa. Sin más leyes escritas que la de la costumbre. La misma que pasearon de siglo en siglo sus antepasados por las calles de León.Golpea la horqueta el suelo, avanza el seise, se arremolinan las gentes en la calle. La procesión traza la pasión de los papones, ahora sudorosos, ahora cansados. Entonces, por fin, el toque. La señal del esperado descanso. Un murmullo recorre las filas. Un ay de alivio y vuelta a empezar. En el bar de la esquina, un hombre ofrece una botella de agua. En el bar de la esquina, un llamativo letrero anuncia el otro ritual de la Semana, el que invita a “matar judíos” de manera incruenta bebiendo el dulce brebaje de la limonada y a sumergirse en el milagro gastronómico de la Cuaresma, cuarto y mitad de bacalao, cuarto y mitad de escabeche de tino.Avanza el cortejo. Extramuros, la ciudad calla. Extramuros, la ciudad aguarda la recogida. Forman filas las bandas para entonar el himno y los braceros reúnen las últimas fuerzas para bailar el paso, ahora sin contención, arropados por el clamor de los aplausos. Tintinean los faroles de la Madre, se mece el Nazareno al son de los últimos toques, se consumen los velones de los devotos y el sol aplanador de un estío por llegar derrite la fría escarcha de la ciudad del eterno invierno.Se abren los portones para recibir la procesión. Entonces, los papones arrebatarán las flores que han rozado la imagen venerada para entregarlas a la madre, a la novia, a la hermana. La recompensa del bracero.

....................................................................


El Bacalao (cómo lo hacía mi madre, que me lo pidió Ana)

Cazueliza de barro a poder ser, pero vale cualquiera, ¿eh?
El bacalao debera estar a remojo al menos 48 horas, cambiando el agua cada 8 horas. Ingredientes:
4 trozos de lomo de bacalao o más si pruebas y te sale buenísimo.
Pimentón dulce y una puntina de picante
4-5 dientes de ajo.
"Pelin" de laurel
Aceite de oliva abundante, por que lo tiene casi que cubrir.
Huevos cocidos
Instrucciones:
Enharinar los trozos y freirlos en aceite muy caliente donde se han dorado previamente los ajos y el laurel, primero por la parte que no tiene piel, hasta que se doren un poco. No pasarse en el tiempo de cocción.
Cuando el aceite ya está casi frío, se refríe el pimentón y se hecha a la cazuela (colado). Se le da un hervor y "meneo" hasta que ligue como si fuera un "pil-pil". No demasiado tiempo.
Sacarlos a la cazuela.
Poner los huevos cocidos partidos a la mitad.
Comer mejor con patatas fritas partidas en cuadraditos.
Tener la paciencia de "depilar al bacalao" (sin espinas, quiero decir), es más agradable.

** Éste chico explica estupendamente lo del "ajoarriero":
El ajoarriero (denominada también Ajada en Galicia) es una pasta de origen vasco elaborada a base de patatas, ajo, huevo y aceite, todo ello finamente machacado en un mortero que se añade a determinados alimentos, especialmente pescado, uno de los más conocidos es el Bacalao al ajoarriero.
//
Carcaterísticas
Se mezclan todos los ingredientes:
ajo, puré de patata, aceite de oliva (sive igualmente bien cualquier otro aceite vegetal) en un mortero y se machacan bien. Se añade zumo de limón para darle un ligero sabor ácido muy apropiado en las carnes a la parrilla. Por su textura puede sustiuir funcionalmente también a una salsa Ali-Oli.
Origen
Se cree que su origen está en los
arrieros que la utilizaban como medio de conservación de los alimentos durante los largos trayectos y los meses estivales. Poco a poco, la fórmula se fue introduciendo en las posadas y las ventas en las que los arrieros pernoctaban y de ahí pasó a la cultura gastronómica popular.
Usos
Se utiliza en diversas preparaciones culinarias. Una de las recetas más conocidas es la del
bacalao al ajoarriero. No obstante existen otras preparaciones enlas que interviene, como puede ser con calabacines (Calabacines rellenos de ajoarriero), en pastas como los cannelloni (Canelones de bacalao ajoarriero), con mariscos (Ajoarriero con langosta), etc
Bacalao al ajoarriero


Plato con Bacalao al ajoarriero.
El Bacalao al ajoarriero (a veces aparece como Bacalao al ajo arriero) es un plato sencillo elaborado con
bacalao en salazón cocinado en una sartén con diversas verduras, entre la más importante están el tomate y el ajo. Existen muchas variantes de este plato, las verduras empleadas y los acompañamientos dependerán en gran medida de la región, del cocinero, de la temporada o del capricho del comensal, no hay receta fija. Se puede encontrar este plato en casi cualquier Restaurante de España. Se sirve muy caliente, tradicionalmente en cazuela de barro.
//
Origen
El origen de este plato no está muy claro, su mombre indica que se inició posiblemente en la actividad de los
arrieros (gente encargada de transportar diferentes bienes con mulas y diferentes animales de arrastre a diferentes partes geográficas) y posiblemente fueran componiendo los ingredientes del plato por el camino. Otra teoría es que se denomina así por elempleo de la salsa Ajoarriero (llamada también ajada en Galicia) que tiene ingredientes muy similares.
Características
El
bacalao en salazón empleado en su elaboración debe ponerse a desalar en agua fría uno o dos días antes (depende del método empleado). Por un lado se hace un sofrito de las diferentes verduras que componen el plato: tomate (es uno de los ingredientes más comunes del ajoarriero, junto con la salsa de tomate), cebolla, pimientos del piquillo (en este caso se denomina Bacalao ajoarriero con piquillos), pimientos, y finalmente ajo (suele llevar en proporción una cantidad grande machacados en mortero), patatas cortadas en cubos, etc. Al ver pochar la verdura se añade el bacalao (se deja un cuarto de hora). Genereralmente se le suele añadir la carne de los pimientos choriceros, ñoras y guindilla al gusto.
Preparación
Con la forma de preparación final no hay consenso entre cocineros, algunas recetas mencionan
sartén y otras el empleo de cazuelas de barro que posteriormente se sirven a los comensales, en unas recetas empelan los ajos picados y en otras los ajos rotos, algunas emplean horno y en otras sartén, unos vierten vino durante el proceso, otros vierten pimentón y otros emplean las características del pimiento choricero.
Variantes en Ingredientes
Existen recetas (generalmente del norte de España) que añaden a los ingredientes ya mencionados alguna clase de
marisco: langostinos (como por ejemplo la navarra: Bacalao ajoarriero con langostinos), cigalas, cangrejos, etc.
Servir
En terreno de los acompañamientos en la fase de
emplatado existen muy diversas recetas, desde las que mencionan el huevo duro, el pan duro (servido en rebanadas), patatas fritas.
http://themackintoshman.zoomblog.com/archivo/2007/05/18/gastronomia-de-Leon.html

Chau! Que tengaís buen día!