Memoria

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No, no soy yo...Pero como si lo fuera.

lunes, 24 de marzo de 2008

Pormiego, al tanto de las "manolas"...... Trapiello, tambien

Comentario del remitente , R. Pormiego

RECUERDO VERLAS, AÑOS HA..., LUCIR PALMITO CON FALDI-CORTA EN ORDOÑO AL FRENTE DE UNA PROCESIÓN, AL LADO DE AUTORIDADES Y CURA...¡Babeando quedamos los de la acera!

Noticia de Diario de León
Lunes, 24 de Marzo de 2008

CORNADA DE LOBO

Carnal manola


PEDRO GARCÍA TRAPIELLO


PENA, penita, pena tiene esa mujer llegando las Pascuas floridas porque ha de guardar sus ropajes de pasión procesionante en el armario de lutos con alcanfor donde también duerme o rabia su blanquísimo traje de boda siempre fechada y revivida o quizás rota (mujeres hay que no se privan de revestirse con él en llegando aniversarios aunque tengan que embutírselo con torturas... o sin costuras) y en ese mismo armario guardó ayer su sudario penitencial, negro traje con rosario y misalín, faldijusto o faldicorto, ceñidito a lo julioromero para que queden señalizadas las curvas peligrosas si es jaca jerezana, severa de color la vestimenta, pero en negro pecador... ropón con blondas de mantilla esparabán sobre una peineta grande como una teja que uniforma a las manolas penitenciales en el desfile de estas celtiberias nazarenas... ay, manola... manola de tus dolores... taconeando, escotando el pecho, trepando pierna arriba la costura de sus medias de seda para que mire y siga el nazareno la línea más corta que lleva al pecado... Las manolas son esa corte-mujer que dice querer recordar con pasito corto a las que acompañaron de cerca, pero aparte, al Cristo del evangelio y que se arriman ahora a todos los lacerados cristos de palo y sangre que se sacan en procesión, postulándose ellas en los medios de toda mirada, nunca velando el rostro, sino estucándolo, siempre a reojo tendido, tallas de carne y hueso, magdalenas que no lloran o que ahogan su gemido... La manola es cosa originalmente andaluza, lozanía sevillí muy cordobesa y malagueña que allí es carnal compostura y aquí empezó a estilarse muy tímidamente cuando el charlestón (y algo más tras la exaltación del floklorismo nacionalcatólico) a cargo de tres piadosas señoronas de alto funcionario trasladado a estas friuras del clima y de la liturgia, genovevas empingorotadas que llevaban su fe en piernas con tacón de aguja y a las que secundaron cuatro señoritas paisanas de aquella provinciana burguesía papagaya que imitó la costumbre lejana de ostentar rango y vestido con vivas a la piedad hueca y ventanera, vivan las velas y las medallas... y viva tu madre, manola, añadió el de la saeta importada... ...porque de suyo el manoleo y la tradicional seriedad cazurra nunca se hubieran casado.