A estas alturas ya tendría enviadas cartas de convocatoria, local, menú, música y fréjoles encargados al joyero.....
Descubro lo agradable que resulta la práctica de lo que los italianos denominan "dolce far niente", lo que traducido viene a significar algo así como "refinada holgazanería". No estoy del todo holgazana puesto que todos los días debo enfrentarme a la iluminada pantalla del ordenador y a múltiples cosas que antes tenía que dejar apartadas. Pero, es una gozada tratar de hacer lo menos posible, porque el "niente" no es absoluto o en mi caso por lo menos es relativo.
Bien, oye, bien... Mira tu por donde....